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¿Es el autoservicio una opción viable para las Estaciones de Servicio en el país?

¿Es el autoservicio una solución ante la baja en ventas de GMC y aumento en el salario mínimo para 2025?

Puede serlo y no serlo

Aunque la idea de poder menguar uno de los costos más importantes en la operación de una EDS suena en principio atractiva para las personas de afuera del negocio, es evidente que para los operadores de estaciones de servicio no lo es tanto, y por ello no ha prosperado, esto por cuanto el autoservicio tiene como todo sus más y sus menos, pudiendo llegar a ser ventajoso en ciudades y sobre todo comunidades donde el consumidor es un consumidor medianamente capacitado como para ejecutar todas las acciones que implica la dispensa de combustibles, pero no siendo conveniente en comunidades en donde este tipo de operaciones se hace más complejo.

La implementación del autoservicio en EDS es la práctica del downsizing empresarial por excelencia con los beneficios y riesgos que ello implica:

El término downsizing se refiere a la reducción permanente del tamaño de una empresa mediante la eliminación de una parte de sus trabajadores, y si bien es la forma más rápida de aminorar costes, esta acción, que puede disminuir el tamaño de toda una empresa, sucursal o departamento, también reduce la fuerza laboral, factor fundamental en la operación de una EDS.

Existen diferentes razones que pueden llevar a una empresa a implementar el downsizing. A continuación detallamos algunas de ellas:

Declive de la industria. Cuando cierto sector industrial enfrenta una crisis debido a cambios tecnológicos o de consumo, reducir los costes se convierte en una necesidad.

Recesión económica. Las condiciones económicas desfavorables a nivel nacional o mundial pueden afectar directamente a la empresa, que deberá reducir su tamaño para poder mantener la rentabilidad.

Fusión. La fusión de dos empresas (o la adquisición de una organización por otra) suele tener como resultado la reestructuración de la fuerza laboral y, por lo tanto, la posibilidad de prescindir de puestos que ya no resulten necesarios.

Competencia. Si un competidor ha realizado una disminución de costes a través del downsizing, la empresa puede sentir la presión de hacer lo mismo para aumentar su competitividad.

¿Qué tipos de downsizing existen?

Dentro del proceso de downsizing existen dos tipologías, la estratégica y la reactiva

Downsizing estratégico o proactivo
Tiene lugar cuando la empresa, anticipándose a cambios externos o del entorno, decide reducir costes y aumentar la flexibilidad. Para ello, disminuye el número de departamentos dentro de la organización.

La característica principal de este tipo de downsizing es que el cambio o problema aún no existe, pero puede surgir a futuro. Por lo tanto, se implementa esta metodología como prevención o anticipación.

Downsizing reactivo

Este tipo se ejecuta cuando las empresas se ven obligadas a reducir su fuerza laboral a causa de un cambio en la situación del mercado. Muchas empresas han implementado este tipo de downsizing tras la crisis económica que comenzó en el año 2020, por ejemplo.

¿Cómo realizar el downsizing dentro de una empresa?

El downsizing debe realizarse de manera racional y ordenada. Para ello, es necesario elaborar un plan de gestión y estudiar de cerca los puestos de trabajo que se verán afectados por la reducción de personal.

Se debe considerar especialmente al factor humano dentro de la fuerza laboral. Es quien se verá afectado y, seguramente, sentirá temor ante la posibilidad de perder su puesto, incluso puede llegar a buscar nuevas ofertas laborales. Para contrarrestar este temor, se debe dejar claro a los trabajadores su rol y los objetivos empresariales que conllevan sus puestos tras la reducción del personal.

También se puede reordenar los equipos de trabajo a través de la implementación de nuevo software o programas empresariales que contribuyan a reducir la cantidad de tareas que realizan los trabajadores o, incluso, automatizarlas. A través de estos, se puede readaptar los puestos de trabajo a las necesidades actuales del mercado.

La implementación de nuevas estrategias de marketing y publicidad será relevante durante este proceso. Con ellas, será posible posicionar la empresa en el mercado y generar una imagen positiva, atraer nuevos clientes y mejorar las ventas.

Ventajas del downsizing

El downsizing proporciona un gran número de ventajas. Entre ellas se destacan:

Reducción de costes: es el beneficio principal que obtendrá la empresa. Con esto no debe entenderse solamente la reducción de costes económicos, sino también de tiempo y recursos destinados a organizar al personal. Puede ser un buen momento para optimizar ciertos procesos de Recursos Humanos.

Simplificación del organigrama empresarial: reducir el número de trabajadores que integran los distintos equipos laborales simplifica la estructura organizacional y reestructura el organigrama.

Mejora de la comunicación interna y objetivos claros: los canales de comunicación resultarán más efectivos tras la reducción del organigrama y de los puestos de trabajo. Además, los objetivos deberán ser claros y precisos para cada puesto laboral, los trabajadores deben comprender el rol de sus tareas tras la implementación del downsizing y su impacto en los objetivos empresariales a corto, medio y largo plazo.

Aumento de la productividad: tras el proceso de downsizing, la empresa realizará sus funciones y cumplirá sus objetivos con el personal y los recursos estrictamente necesarios.

Desventajas del downsizing

La implementación de esta técnica también puede significar algunas desventajas:

Costes de transición: si se decide implementar un nuevo software que contribuya a la readaptación de la fuerza empresarial, se tendrá que descartar el hardware que, en muchos casos, resultará obsoleto. Por lo tanto, se deberá realizar una inversión económica de nuevos dispositivos y programas y capacitar al personal para que pueda utilizarlo adecuadamente. Esto implica costes de recursos, tiempo y dinero a corto plazo. No obstante, cuando estos cambios estén implementados y funcionando, la inversión contribuirá a la reducción de costes a largo plazo en la empresa.

Período de adaptación: tomará cierta cantidad de tiempo poder observar resultados tras la implementación de este proceso y los cambios que conlleva. La transición será gradual y, en muchos casos, implicará deshacerse de la infraestructura antigua y comenzar con una nueva.

Desmotivación laboral: los trabajadores pueden sentir un temor constante al ver que otros puestos han sido reducidos, y más aún si el downsizing es una práctica frecuente dentro de la empresa. Así, los empleados tendrán la sensación de que son prescindibles y reducirán su rendimiento.

Fuga de talentos: la práctica de downsizing debe realizarse a través de un plan estratégico bien pensado de gestión del talento para no perder a los trabajadores más cualificados.